Crisis Pesquera de Sardinas y Anchovetas La estrategia de Gobierno para desmarcarse del concepto subsidio

 

Mauricio Gutiérrez, Seremi de Economía del Biobío

La autoridad espera que el denominado bono de zarpe para pesqueros no se malinterprete bajo ese rótulo.  No quieren generar precedente.

La crisis de anchovetas y sardinas tuvo un último capítulo la semana pasada cuando las autoridades decidieron incrementar el gasto para mitigar el conflicto social que afecta a los pescadores y armadores afectados.  El Ejecutivo decidió extender de $3.300 millones a alrededor de $5.000 millones la suma que permitirá subsanar por al menos tres meses la precaria situación económica que enfrentan y enfrentarán unos 4.500 trabajadores.

Desmarcarse del subsidio

El seremi de Economía, Mauricio Gutiérrez, señaló categóricamente que esta iniciativa, catalogada como bono zarpe, no es un subsidio.  El personero de gobierno fue enfático en desmarcarse de ese concepto, apuntando que nosotros no queremos hablar de subsidio en esta situación.  Estamos hablando de un bono que incentive al zarpe, y ese zarpe va a tener como objeto que nos ayuden a hacer una prospección de cómo se encuentra la biomasa disponible en el mar, razón por la cual yo no me atrevería a hablar en términos puros de un subsidio.  Incluso, Gutiérrez profundizó en que si bien por un lado los subsidios ayudan a las personas a solucionar problemas, también generan una suerte de descontrol porque muchos sectores con problemas pueden querer tener subsidios para tal o cual actividad.  En ese sentido, Gutiérrez grafica el problema que podría representar para la autoridad ese fenómeno:  Si el Estado se pone a subsidiar todas y cada una de las actividades, en el corto plazo nos quedamos sin recursos del presupuesto nacional.  Esto no debiera quedar en el imaginario colectivo como un subsidio.  Las soluciones a futuro las tenemos que seguir trabajando.

El precedente

Tal cual explica el seremi de Economía, estratégicamente el sentido de este desmarque está gatillado en el precedente que puede generar el subsidiar áreas de producción monetariamente.  Esto tiene que ver con la psicología de funcionamiento de las organizaciones, que naturalmente aprenden y que si se entrega un subsidio monetario a un grupo, es muy probable que otro grupo a futuro quiera también un tratamiento similar, explica el experto en economía de Pesca de la Universidad de Concepción, Jorge Dresdner.  Aun así, el académico es escéptico respecto al anunciado bono, argumentando que esto no significa que ésta sea la mejor forma de abordar el problema.  A mí no me queda claro respecto a lo que es el manejo pesquero por qué se tomó esta decisión.

Para la Doctora Jeanne Simon, experta en políticas públicas de la Universidad de Concepción, la posibilidad de marcar un precedente que afecta la resolución de futuras contingencias es real.  En ese sentido, la académica de la UdeC enfatiza en la necesidad de que los plazos sean debidamente considerados al momento de tomarse decisiones.

De esta manera, plantea que si la crisis de sardinas y anchovetas resulta de largo aliento, el Gobierno debiera pensar mejor en un programa de reconversión.  Simon recalca que los bonos no promueven estas transformaciones, que finalmente buscan que un trabajador sea capaz de reinsertarse en el mundo laboral con otro oficio ante un despido o crisis.

El factor urgencia

Simon destaca que en este caso particular, el Gobierno no tiene mucho de donde elegir.  Si no dan el bono van a generar una situación conflictiva mucho más grave.  También influye que estamos en época eleccionaria, explica.  Ante tal contexto, insiste en que las actuales autoridades tenían que recurrir al bono, pues se tornaba necesario desde la gobernabilidad si tenemos grupos de presión que van presionando por ciertos beneficios que no perciben.

Al pensar en cómo diseñar un subsidio, Jorge Dresdner apunta que hay una serie de aspectos que deben considerarse.  En este caso, al tratarse de una asistencia monetaria de parte del Gobierno a los pescadores.  Dresdner indica que debe definirse en qué condiciones, con qué cantidad de dinero y con qué frecuencia se empleará en esta medida.  El experto destaca que es importante analizar si el instrumento es constante o decae en el tiempo.  Son una serie de elementos centrales para que este tipo de instrumento funcione.  Aplicando a este caso, el Gobierno definió como frecuencia que se paguen distintas sumas a cada actor por período, además de exigir condiciones como que si se logra capturar un 70% de la cuota asignada al mes de turno, el bono se cancela.  Por ende, será obligación de los pescadores seguir con sus labores a la espera de las conclusiones que arroje la pesca de prospección que se inicia a fines de abril.

Caso industriales

Tal como anunciara hace unas semanas en estas páginas Luis Felipe Moncada, presidente de la Asociación de Industriales Pesqueros (Asipes), la postura del gremio ante la crisis será atenerse a la normativa legal en caso de tener que proceder con despidos.  La misma postura manifestó el seremi de Economía Mauricio Gutiérrez, quien sostuvo que la industria tiene que asumir esto como riesgo propio del negocio.  Ahí la gente tendrá que ver cómo se reconvierte o como asume, digamos, esta para en este momento esperando embarcarse nuevamente una vez que se retome el recurso.  Agregó Gutiérrez que como Gobierno no nos cerramos a conversar con los trabajadores de la industria pero desde ya adelanto que no tenemos considerado algún bono exacto para el sector industrial.

Fuente: DIARIO CONCEPCION, Martes 23 de abril de 2013.

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